miércoles, 9 de septiembre de 2009

METAMORFOSIS EN ANFIBIOS




LA METAMORFOSIS EN LOS ANFIBIOS

La mayoría de las ranas y sapos se aparean en agua dulce. Durante el apareamiento el macho se sube a la espalda de la hembra y la toma firmemente con sus patas delanteras. Entonces el macho descarga sus espermatozoides a medida que la hembra descarga sus óvulos, los que van siendo fecundados. Cada huevo está metido en una sustancia gelatinosa, que se hincha en el agua y ayuda a proteger los huevos. Casi todas las hembras ponen muchos huevos en hileras o montoncitos.
Los sapos y ranas producen larvas llamadas renacuajos, donde la cabeza y el cuerpo forman una masa ovoidea y la cola es larga.
Sus branquias externas son pronto reemplazadas por branquias internas, cubiertas por una delgada membrana el opérculo. Las patas se desarrollan más tarde. No poseen verdaderas maxilas en la boca, en realidad en la cara hay dos placas córneas que le sirven para arrancar las algas de los objetos sumergidos. El intestino es largo y arrollado en espiral.
La metamorfosis consiste en:
1- La formación de una ancha boca y la pérdida de las placas córneas de las mandíbulas.
2- Pérdida de las branquias, las hendiduras branquiales se cierran y se desarrollan los pulmones.
3- Emergencia de los miembros anteriores.
4- Reducción de la longitud del intestino, que pasa del largo intestino de un herbívoro, al corto de un carnívoro.
5- Reabsorción de la cola.
Durante la metamorfosis los individuos jóvenes habitan las aguas someras, o poco profundas, donde es posible la respiración branquial y la pulmonar, y donde pueden capturar con facilidad a los insectos.
En condiciones críticas pueden las larvas ocultarse en pequeñas hendiduras, para evitar la desecación; luego de las primeras lluvias, reaparecen los renacuajos los cuales completan su metamorfosis, dando lugar a la creencia popular de que llueven sapos.

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